En un escenario global volátil, este plan estratégico gana gran valor. Un punteo sobre su dinámica de ejecución.
La incertidumbre financiera es un panorama general a nivel mundial, con un escenario económico dinámico, lo que conlleva tener una estrategia de gestión patrimonial adecuada a la actualidad. En este marco, el modelo 70/20/10 tiene una gran relevancia como un plan integral de innovación, seguridad y crecimiento, teniendo un enfoque equilibrado para optimizar la rentabilidad y preservar los bienes.
Cómo se utiliza el modelo 70/20/10 y cuáles son sus fundamentos
En la gestión patrimonial existen diversas herramientas que se convirtieron en tradicionales para ante la búsqueda de maximizar los recursos. Cada una de ellas ofrece diversos factores al inversor, y el modelo 70/20/10 cuenta con popularidad, ya que su aplicación está enfocada en buscar un equilibrio entre riesgo y rendimiento.
Para ello, la propuesta incide en la división del patrimonio de un individuo en tres categorías. Dividiendo el patrimonio de un individuo en tres categorías. La primera es en 70% en activos que prioriza la preservación de capital, como bonos gubernamentales, depósitos a plazo y activos inmobiliarios estables. La característica de esta categoría es la seguridad, buscando reducir la volatilidad en el portafolio y generar rendimientos.
La segunda se trata de la porción del 20% en factores de riesgo controlado, con inversiones que buscan un crecimiento superior al de los activos más seguros, con un nivel de riesgo controlado. La estrategia se enfoca en maximizar el retorno potencial sin comprometer la estabilidad general del portafolio.
Por último, la tercera sección corresponde al 10% en activos de alto riesgo para un crecimiento exponencial. Este porcentaje se destina a activos de alto riesgo, como startups, criptomonedas, o inversiones especulativas en mercados emergentes. Aunque este segmento puede experimentar altos rendimientos, también está expuesto a una volatilidad considerable. El objetivo es diversificar, aprovechando las oportunidades más arriesgadas.
Esta propuesta ganó una gran aceptación, debido a que brinda seguridad con la base del 70%, teniendo una base estable en tiempos de turbulencia. Asimismo, la diversificación tiene un papel fundamental con la posibilidad de invertir en mercados más estables o emergentes, según el perfil de riesgo del cliente.
La clave en esta parte de la estrategia es asegurar que los activos estén estructurados para que puedan resistir los cambios económicos globales, minimizando el impacto de las pérdidas.
También, en los últimos años las innovaciones tomaron un importante papel en la reconfiguración de las estrategias de inversión e impactó dentro del modelo 70/20/10 ya que las tecnologías permiten a los gestores de patrimonios ofrecer productos más sofisticados y personalizados.
Con el uso de la inteligencia artificial y los algoritmos predictivos, se realizan evaluaciones de riesgos precisas con la posibilidad de realizar ajustes en las decisiones de inversión en tiempo real.
En este sentido, las criptomonedas y las inversiones en blockchain ganaron un importante lugar como clases de activos dentro del modelo 70/20/10. Lo cierto es que actualmente este modelo es sinónimo de una estrategia efectiva para equilibrar la seguridad, el crecimiento y la innovación en la gestión de patrimonios