Las industrias que acabamos de describir en la forma que corresponde a este capítulo, poseen la característica que por su intermedio el pasaje de la agricultura a la industria se realiza de manera más directa e inmediata y que la vinculación entre ambas es, dentro de la estructura argentina, más estrecha, por-que en mayor extensión que las otras se nutre de la materia prima nacional; ellas conservan un cierto resabio agrícola derivado del hecho que algunos establecimientos como los azucareros por ejemplo, poseen sembrados en extensión suficiente para abastecer una fracción de su consumo.
Estas industrias derivadas de la agricultura, tal como aparecen en el censo de 1935 ofrecen la característica que la relación entre el capital constante (valor de los terrenos y edificios, muebles y útiles, materias primas, combustibles y lubricantes),al capital variable, es decir, al conjunto de sueldos y salarios abonados durante este ejercicio, es superior a la de la mayor parte de las demás industrias con excepción de yacimientos y canteras, electricidad, y petróleo, carbón y derivados; y que su promedio es superior aun al de la totalidad de las industrias localizadas por dicho censo. Las cifras correspondientes integran el cuadro que sigue:
Sobresalen en este cuadro por su elevada composición las industrias del vino, del azúcar y de la harina.
Ellas contribuyeron a crear diversas zonas, si bien algunas coincidentes con la del cereal, la mayor parte situadas fuera de su perímetro. La extensión del mercado interior que esa circunstancia permitía estaba condicionada a las posibilidades del intercambio y desde luego de absorción de las otras regiones. Un doble sistema creado por el exclusivismo ferroviario y las imposiciones del comercio exterior mantenían a estos cultivos y su secuela, la trasformación industrial, en un lento y moderado ascenso.