Entre 1900 y 1930 no se dispone de otra información exacta acerca de la población y el movimiento demográfico del país que el censo de 1914. Lamentablemente, para seguir este proceso en su amplitud total, sería preciso extender la consideración del mismo hasta el de 1947. Tan relativamente aproximadas son las cifras que los diversos estadígrafos han propuesto para explicar el movimiento de la población a partir de 1914, que, en ocasión del censo de 1947, la más próxima de esas cifras difería de las exactas en más de 2 millones de habitantes. Son numerosas las causas que han inducido al error a las instituciones oficiales afectadas a esa labor como a los diversos escritores que valiéndose de recursos privados intentaron sustituir la inercia oficial en esta materia. La Dirección General de Estadística de la Nación en el folleto antes mencionado referente a la población y sus variaciones en el período 1910/25 hace alusión a algunas de ellas.
La zona este ha acumulado pues, el 71,5% de los aumentos registrados por la población total del país entre 1895 y 1914; entre los de 1869 y 1895, esa proporción fue del 75,5%. La zona central ha ganado el 13,2%, es decir algo más en cifras relativas que entre los censos anteriores en que ganó el 9%. También es mayor el aumento relativo de la zona oeste y de los territorios Nacionales, pero hay una reducción en lo referente a la zona norte: entre 1869 y 1895, ella había absorbido el 6,6%de los aumentos registrados entre ambas fechas mientras los del cuadro precedente no le acuerdan sino el 4,2%. La conclusión de este conjunto de valores relativos y de las cifras absolutas de donde ellos provienen, es que derivan de dos causas que en definitiva se reducen a una: la calidad del proceso económico es la que orienta el movimiento de población. Desde luego la composición de las respectivas zonas debe ser modificada superando el criterio geográfico y adaptándola a las modalidades económicas. La zona oriental no se halla compuesta en 1914, como lo estaba hasta 1895, por la Capital Federal, Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes; al intensificar los cultivos y refinar los ganados, la zona oriental había incorporado a la provincia de Córdoba y al territorio de La Pampa, pero había eliminado a la provincia de Corrientes, que de acuerdo al tipo de su ganadería y de sus sembradíos, integraba más apropiadamente el bloque de los territorios Nacionales del Norte, Chaco, Formosa y Misiones.
Lo exacto es pues, que entre 1869 y 1895 el progreso económico del país estaba un poco diluido a causa de que el de los cereales y el vacuno no tenían la importancia absorbente que tuvieron a partir de la última de esas fechas. Entre 1895 y 1914 todo el progreso de la Argentina está supeditado al de los recursos agropecuarios de la zona litoral: de ahí deriva el hecho que las otras zonas comienzan a perder importancia relativa en la misma medida en que se alejan del litoral; pero lo hacen ahora de manera mucho más pausada. El movimiento hacia el interior sigue sin duda el mismo ritmo que el encarecimiento de la tierra y el desarrollo de los FF. CC.; se vuelca sobre la provincia de Córdoba, alcanza los llanos del sur de San Luis e invade los territorios nacionales con el vacuno criollo en el norte y el ovino en el sur.
Se pueden comprobar estas afirmaciones considerando el número de extranjeros que vivía en las diversas regiones en momentos del censo de 1914 y el de los propietarios de bienes raíces también extranjeros. En Buenos Aires, con una población de 2 millones, había el 35 % de extranjeros; en Santa Fe que tenía 900 mil habitantes el 35% eran también extranjeros: un menor porcentaje ofrecían Entre Ríos y Corrientes, 17%la primera y 7,2 la segunda; pero Córdoba tenía 20,4% de una población que alcanzaba a 735 mil y La Pampa, cuya población excede apenas de 100 mil, el 36% de ella eran extranjeros; Mendoza, cuya población alcanzaba a 277 mil acusaba el 32% de extranjeros. Ninguna de las otras ofrecía porcentajes de extranjeros superiores al 5% con excepción de San Juan en donde representaban el 13,5%.