El panorama mundial puede ser propicio para que se desarrollen diversos escenarios financieros. Un punteo sobre las acciones recomendadas a seguir.
La incertidumbre financiera es un hecho a nivel mundial y los inversionistas de alto patrimonio y los responsables de planificación patrimonial comienza a considerar los escenarios más extremos, como un default soberano o un colapso bancario sistémico. El especialista financiero Fernando Boudourian indica que una planificación estratégica es sumamente necesaria.
Aunque estos escenarios son pocos probables, no hay que descartarlos, por lo que pensar en su impacto genera una gran preocupación. Poder actuar con anticipación frente a estas situaciones se convierte en una pieza clave para preservar activos, proteger la liquidez y garantizar la continuidad del patrimonio familiar o corporativo.
Cómo planificar las finanzas ante un posible default y crisis bancaria
Históricamente, las crisis de deuda soberana y los colapsos bancarios tuvieron impactos devastadores en la estructura patrimonial, tanto de personas físicas como jurídicas. Desde la crisis argentina de 2001 hasta la reciente incertidumbre alrededor de los bancos regionales estadounidenses en 2023, estos dejaron en evidencia la vulnerabilidad de los patrimonios mal diversificados o dependientes del sistema financiero local.
Un default se desarrolla cuando un Estado incumple sus obligaciones de deuda y se puede evidenciar en devaluaciones abruptas, restricciones cambiarias y controles de capital. En cambio, una crisis bancaria puede surgir por insolvencia de las entidades financieras, generando congelamiento de depósitos, restricciones al retiro de fondos y quiebras masivas.
La preparación patrimonial para estos eventos debe tener una visión integral, según indica Fernando Boudourian, y no solo contar con la preservación del capital, sino también la resiliencia estructural y la capacidad de reacción frente a marcos regulatorios volátiles.
Los parámetros que se deben tener en cuenta son diversos. La diversificación geográfica y de custodia es de gran importancia ya que uno de los principios fundamentales ante un eventual colapso financiero es la división de patrimonio.
Esta estrategia es para distribuir el patrimonio en distintas jurisdicciones, reduciendo la exposición a riesgos concentrados en un solo país o sistema financiero. Abrir cuentas bancarias y vehículos de inversión en bancos internacionales es una medida de protección patrimonial elemental.
Otra de las medidas claves que remarca Fernando Boudourian es la uso de estructuras fiduciarias y fondos offshore, a través del uso de fideicomisos, fundaciones privadas o sociedades holding en jurisdicciones estables, que permite proteger activos de eventuales embargos, procesos judiciales o restricciones administrativas.
Las inversiones en activos reales y no financieros es otra herramienta para incorporar en la estructura patrimonial para enfrentar posibles crisis. Desde bienes inmuebles, tierras agrícolas, metales preciosos y obras de arte son activos que al no depender directamente del sistema financiero, actúan como contrapeso en escenarios de desmonetización o pérdida de confianza en los intermediarios financieros.
También, el acceso a liquidez en divisas fuertes es fundamental para mantener acceso al dólar estadounidense, el franco suizo o el euro. La tenencia de efectivo permite responder rápido ante cierres de mercados, corralitos o devaluaciones abruptas, con una salida urgente y sin enfrentar grandes riesgos.
Es recomendable segmentar la liquidez en distintos niveles, como una porción en cuentas internacionales de libre disponibilidad, otra en instrumentos de bajo riesgo y alta liquidez y una fracción en físico, almacenada en bóvedas privadas seguras. De esta forma, se tiene una precaución anticipatoria.
Fernando Boudourian señala que planificación fiscal internacional y cumplimiento regulatorio es otra de las patas fundamentales en esta estrategia de blindaje patrimonial para estar alineada con las normas internacionales de transparencia fiscal (FATCA, CRS) y los marcos de cooperación entre autoridades tributarias.
Más allá de la estrategia financiera, es esencial definir protocolos de actuación ante eventos extremos. Esto es poder establecer planes de contingencia familiar, designación de poderes legales para actuar ante la imposibilidad operativa de los titulares, y definición de reglas de acceso, uso y preservación del patrimonio.
También, el blindaje patrimonial necesita de un seguimiento constante del riesgo macroeconómico y financiero. Esto es poder seguir de cerca los indicadores de solvencia bancaria, calificaciones crediticias soberanas, niveles de reservas internacionales, spreads de bonos, y políticas monetarias locales e internacionales. De esta forma se busca anticiparse a posibles pérdidas como a movimientos que pueden presentar riesgo para el patrimonio.
Diagramar una estructura patrimonial ante un posible default o colapso bancario no es una estrategia, sino una medida para generar cierto miedo por una crisis, sino que se trata de una táctica de responsabilidad financiera.
Diversificación, gobernanza, acceso a liquidez y estructuras legales con una estructura firme son los pilares que permiten a las personas de alto patrimonio poder resistir ante un posible escenario riesgoso que provoca una crisis sistémica. Pero es importante que cuando no suceden estas crisis se diseñen estructuras resilientes al escenario.