Los periodos y las variedades de la agricultura.
Hemos hecho referencia a los tres períodos que marcan el desarrollo de la agricultura entre 1900 y 1930. Entre 1900 y 1914, el progreso casi paralelo de los cereales y lino y la alfalfa, determinaron el del área total bajo cultivo que adquirió entonces una forma similar: entre 1914 y 1921, los primeros detuvieron su crecimiento en tanto que la alfalfa continuó el suyo hasta tocar el año 1921 su máximo; el tercer período se caracteriza por un fuerte ascenso de los cereales y lino y un igualmente pronunciado descenso de la alfalfa.
En cuanto a las plantas industriales, su crecimiento es extremadamente pausado desde 1900 hasta 1921; entre esos años crece desde 130 mil hectáreas hasta 300 mil; en el tercero de los períodos aludidos aumenta desde aquella cifra hasta 530 mil hs. Reducidos a porcentajes en ambos extremos de dichos períodos, la superficie sembrada se expresa por estas cifras relativas.
Los tres rubros, cuya variación hemos expresado en las cifras precedentes constituyen pues la casi totalidad de la superficie sembrada: el porcentaje necesario para completarla está compuesto por árboles cultivados, legumbres, papas, etc. Se puede expresar que el proceso de desarrollo de la agricultura, considerado desde el punto de vista de su extensión se ha realizado durante los años que transcurren entre 1900 y 1914. En esa época los cereales y el lino avanzaron desde 4,8 millones de hectáreas hasta 14 millones, y la alfalfa lo hizo desde 1,3 millones hasta 6,5 millones. En total el progreso ha tenido lugar avanzando con los sembradíos mencionados desde poco más de 6 millones de hs. hasta 20,5 millones. Durante esos años, la zona cereal ha quedado completamente delineada. Ella se ha internado profundamente en el este y el sur de Córdoba, ha superado la zona oeste de Buenos Aires y penetrado extensamente en La Pampa. Mientras transcurría la guerra europea la expansión de los cereales detuvo su desarrollo y aún lo redujo: esa superficie fue aprovechada por la alfalfa; a tal punto se realizó en esta etapa una suerte de transferencia de plantaciones que supera los 20,5 millones de hs. que ocupaban en 1913/14 los cereales, el lino, y la alfalfa reunidos, oscilan todavía hacia 1921/22 entre 20 y 21 millones. A partir de ese año agrícola, se produjo una nueva expansión de los cereales y el lino y una restricción de las áreas destinadas a la alfalfa: los 13,5 millones de hs. en que fluctúa durante la guerra la superficie destinada a los cereales avanzó hasta 19,5 millones el año 1929/30, pero la alfalfa redujo la suya en casi 3 millones. La magnitud restante no responde a nuevos avances de la zona cereal sino en una proporción muy reducida: ello se obtuvo mediante un crecimiento en densidad dentro de la superficie ya delineada en 1914, y que responde en forma casi perfecta a la zona del Shorthorn. Es decir que el desenvolvimiento de la agricultura a partir de 1900 se desarrolla teniendo por mira fundamental los intereses de la ganadería. Estos intereses han podido ser satisfechos mediante la construcción de diversos ramales ferroviarios que pusieron a las zonas colindantes en condiciones de alternar el trabajo agrícola y el ganadero y a los préstamos hipotecarios, que como lo hemos expresado antes, facilitaron en cierta manera la división de algunos latifundios y el poblamiento de diversas regiones marginales, como las cercanas al centro de La Pampa y los partidos del extremo sur de Buenos Aires.
La zona del cereal y de la alfalfa ha ido pues diseñando hasta encerrarse dentro de las provincias de Buenos Aires, el sur de Santa Fe, el sur de Entre Ríos, el este y el sur de Córdoba y el este de La Pampa y alternando entre sí sus plantaciones. Considerados en conjunto los cereales y lino por una parte y la alfalfa por otra, las superficies sembradas con ellas dentro de la zona del cereal representaban en las épocas.

Los cereales y el lino lo mismo que la alfalfa se hallaban sembrados en 1895, fuera de la zona cereal, en una proporción relativamente importante: los primeros en un 7,8 % de la superficie total sembrada en el país y esta última en un 27,5%.Los cereales se cultivaban, para el consumo local, en toda la zona oeste y noroeste del país, y en cuanto a la alfalfa las provincias de Mendoza, San Juan y Salta, poseían extensos sembradíos en los cuales preparaban a los animales destinados posteriormente al consumo de Chile y Bolivia. El desarrollo de los ferrocarriles y desde luego el de los cultivos extensivos, condujeron a eliminar prácticamente los de cereales y lino fuera de la zona litoral; a partir de 1908, y de manera permanente en los años posteriores, las estadísticas oficiales confirman la estabilización de las posiciones relativas de ambas zonas, la litoral y el resto del país.
Debe suponerse que el ritmo de crecimiento del área bajo cultivo de cereales y lino no se ha realizado de manera uniforme; aun prescindiendo de la tenencia de vacunos, ovinos y porcinos, esa superficie no ha avanzado en la zona norte de Santa Fe, ni en la de la provincia de Córdoba y menos aún en la mitad oeste de La Pampa. Lo ha realizado casi uniformemente, si se prescinde de ciertas regiones del extremo oriental, en toda la provincia de Buenos Aires. A fin de obtener una imagen aproximada de este acontecimiento hemos atribuido el valor base, uno, a la superficie bajo cultivo que poseía la provincia de Buenos Aires en ocasión del censo de 1895. Esa superficie media entonces 1.120.000 has.; en cada provincia y a lo largo de los diversos períodos ya mencionados, la superficie sembrada en conjunto con trigo, maíz, lino, avena, cebada y centeno.
Considerada en conjunto la superficie sembrada por provincia, se puede observar el extraordinario crecimiento que registran Buenos Aires y Córdoba; la primera ha cas septuplicado sus cultivos y la segunda los ha decuplicado; Santa Fe ha mantenido en los suyos un ritmo sumamente pausado; en tanto que La Pampa, incorporada a la zona cereal posteriormente a las demás, ha realizado en el período a que se refiere el cuadro, todo su progreso. Como consecuencia de la etapa cumplida, las provincias de Buenos Aires y de Córdoba han pasado al primer plano en lo referente a la siembra del trigo: Buenos Aires y Santa Fe a la del maíz, y Santa Fe y Entre Ríos a la del lino. La avena y cebada son productos cuya mayor proporción se obtiene en Buenos Aires, y el centeno en La Pampa y Buenos Aires.