Esta nueva herramienta está transformando diversos sectores. Un punteo de cuáles son los factores a tener en cuenta para invertir.

El uso de la inteligencia artificial (IA) está reconfigurando los mercados financieros, ofreciendo nuevas oportunidades de inversión. La utilización a gran escala de esta tecnología por parte de empresas de diversos sectores la convirtió en un activo financiero estratégico, con un impacto más que significativo para los inversionistas.
Las compañías que la utilizan tienen una mayor valoración y asignación de capital por parte de los inversionistas institucionales y minoristas. Por ello, se convirtió en uno de los sectores más populares para las inversiones, siendo un foco de atención para ellos.
La inteligencia artificial, un mercado en expansión
El mercado mundial de inteligencia artificial crece exponencialmente, sobre todo en los próximos años. Este aumento está impulsado por avances en aprendizaje profundo, procesamiento de lenguaje natural y automatización.
Según un informe de Bloomberg Intelligence, esta industria podría alcanzar un monto de 1,3 billones de dólares de ganancias para 2032. Este potencial está impulsado por el uso de la IA en sectores como la salud, la manufactura, la ciberseguridad y los servicios financieros, donde con esta herramienta se optimizan procesos y reducen costos.
En este panorama, la inversión en inteligencia artificial puede realizarse a través de diversas estrategias y vehículos financieros, cada uno con diferentes niveles de riesgo y rentabilidad. Entre ellas están las acciones de empresas líderes en IA, fondos cotizados en bolsa especializados en IA, startups y capital de riesgo y criptomonedas y blockchain aplicadas a IA.
A pesar del gran boom del sector, la inversión en IA también conlleva riesgos como es la volatilidad del mercado tecnológico, la falta de regulaciones sobre el uso de IA y los posibles impactos éticos y sociales de esta tecnología.
Además, la competencia entre empresas y el ritmo rápido que tienen en innovación pueden hacer que ciertas tecnologías queden obsoletas rápidamente.
En este sentido, la IA continuará siendo un factor clave en lo que respecta a la transformación económica y un sector clave para la inversión. Con el avance de modelos de lenguaje, la automatización de tareas complejas y el crecimiento del edge computing, la demanda por respuestas basadas en IA seguirá en aumento.
Para los inversionistas, la clave está en poder identificar cuáles son las empresas con alto valor respecto en factores de competitivas sostenibles, con una posición financiera y estrategias claras de monetización del uso de la inteligencia artificial.
La inversión en este sector requiere un enfoque a largo plazo, teniendo en cuenta tanto las oportunidades como los riesgos regulatorios y tecnológicos. En este sentido, el especialista financiero Fernando Boudourian. Indica que no hay inversión sin riesgo, pero sí formas de mitigarlo.
Lo cierto es que la IA no solo está revolucionando la forma en la que se realizan diversos procesos, sino que impacta en la economía global y también se convirtió en una clase de activo financiero con un enorme potencial de crecimiento.
Los inversionistas que puedan entender y dimensionar tanto su impacto como su dinámica podrán capitalizar las oportunidades que ofrece.