Las clases sociales en 1914

Entre 1914 y 1930 o sus proximidades, no es posible establecer comparaciones con las cifras anteriores porque la falta de un censo general hace que la heterogeneidad de dichas cifras sea considerable. En forma parcial, y en su oportunidad estableceremos las que sea posible practicar. Con las cifras del censo de 1914 y desde luego con mayor aproximación que con las anteriores, es posible ensayar una distribución de las clases sociales realizada en base a la similitud de sus intereses económicos. Los elementos de la clase de terratenientes, banqueros, comerciantes, altos funcionarios, etc., están involucrados en los 530 mil productores agropecuarios y los 840mil productores industriales a que se refiere el censo, y desde luego en los rentistas, funcionarios, miembros del clero, de la defensa del país, etc. Con respecto a los primeros, es decir, los productores agropecuarios, se puede separar la agricultura de la ganadería desde que las superficies de tierra destinadas a una y otra actividad implican beneficios muy diversos. Con respecto a la agricultura hemos clasificado como integrantes de la clase más acomodada a los propietarios de establecimientos cuya superficie era superior a 1.000 horas. Hay de ellos entre los 163 mil establecimientos censados unos 1.000 que reúnen esa condición. En la segunda categoría, es decir, la de propietarios que gozan de una situación próspera, a los que explotan establecimientos comprendidos entre 300 y mil hs. y en tercer lugar a los que lo hacen con establecimientos menores de aquella dimensión. La clasificación de los productores agrícolas, realizada sobre esa base acuerda a la última categoría el mayor número de establecimientos y en consecuencia de productores; esta circunstancia halla su confirmación en el hecho que en esta actividad casi el 50% de los productores no son propietarios de la parcela en que trabajan. En cuanto al sector de ganaderos, los clasificados en el término superior son los que explotan establecimientos con superficies mayores de 1O mil hs.; en la intermedia los que tienen superficies comprendidas entre 1.000 y 10.000 hs. y en la inferior los que se desempeñan con superficies menores de 1.000 hs. Aquí el número de propietarios es superior al de arrendatarios y ellos se reparten acordando su mayoría a la clase intermedia.

Los productores industriales, excluyendo a los artesanos, de los que el censo ha localizado 40.000 establecimientos, lo que induce a admitir la existencia de 60 mil propietarios, y casi 400 mil obreros y empleados; el capítulo de profesiones se refiere a 841 mil personas aludiendo en consecuencia a un conjunto considerable de artesanos. La distribución de los propietarios y del personal en las diversas categorías no es una simple tarea mecánica, pero puede realizarse tomando como referencia la nutrida información complementaria al censo que ha sido publicada, Anuarios de Sociedades Anónimas, Memorias de la Unión Industrial Argentina, Anuario y Memorias de Cámaras Industriales, etc. El capítulo de comercio, señala la existencia de 294 mil personas: la separación de los propietarios de los empleados y su distribución en las diversas clases de acuerdo a su capital puede realizarse utilizando las numerosas guías comerciales, bancarias, de sociedades anónimas. El de los transportes, alude a 111 mil personas; los Anuarios de la Dirección Gral. de ferrocarriles explican detalladamente acerca del número de obreros y empleados afectados al funcionamiento de los ferrocarriles en los diversos departamentos: Dirección, Vía y obras, Tráfico, Talleres, etc., y los de la Prefectura General Marítima, acerca del personal afectado a la marina mercante, su clasificación no carente de importancia e interés es desde luego bastante aproximada.

Los sectores de rentistas, militares, empleados públicos, culto, profesiones liberales, etc., se hallan integrados, como lo hemos expresado antes, por representantes de las diversas clases sociales: la clasificación de los primeros, aparece facilitada por el censo, y la de los militares y empleados públicos en base a su grado y jerarquía, se consigna habitualmente en las memorias ministeriales; y en cuanto se refiere a los “jornaleros” y “empleados de servicio”, corresponde agruparlos, los primeros en la clase de trabajadores manuales, los segundos pertenecen proporcionalmente a la clase de pequeños productores y a la clase obrera. 
45.000en 1895 hasta 100.000 en 1914. En valor relativo su crecimiento va de 2,7 % hasta 3,1. Los profesionales tenían 230 mil en aquella fecha y 440 mil en 1914; en valor relativo mantuvieron aproximadamente su posición. Los agrupados en c) eran 470 mil; en 1914, 910 mil y en valor relativo también mantuvieron la cifra que los mide. Y en cuanto se refiere a la clase de trabajadores sin medios de producción, han aumentado desde 900 mil hasta 1.780.000; en valor relativo su gravitación aparece levemente aumentada. El proceso de formación y de diversificación de estas últimas clases repercute y da tono a la decena primera de este siglo. Se puede expresar que si en 1890 no estaba aún suficientemente realizada la amalgama del aporte inmigratorio con el nativo a tal punto que en las clases medias, entre los artesanos y los obreros de las ciudades, privaba aún el elemento extranjero sin derechos políticos, doblada la última decena del siglo anterior, el proceso de nacionalización de esa masa, había logrado un progreso notable, ya sea por mayor capacitación del nativo, ya porque su primera generación posterior a la llegada al país estaba compuesta por argentinos. En el censo de profesiones la proporción es de 1,8 millones de argentinos y 1,6 millones de extranjeros. La profecía de Roca, en apariencia superficial, comenzaba pues a cumplirse.